POEMA ANÓNIMO
Pedí a Dios la fuerza que me diera el
triunfo,
y fui hecho débil para que supiera obedecer con humildad.
Pedí la salud que me permitiera
hacer las cosas más grandes,
y fui hecho enfermo para que hiciera las cosas mejores.
Pedí las riquezas que me dieran
dicha,
y se me dio pobreza para que fuera sabio.
Pedí la fuerza que me ganara el
elogio de los hombres,
y fui hecho débil para que sintiera la falta de Dios.
Pedí todas las cosas que me
hicieran gozar de la vida,
y me fue dada la vida para que disfrutara de todas las cosas.
Nada recibí de lo que pidiera,
sino todo aquello que había esperado.
Casi a mi pesar, mi oración callada recibió respuesta.
Soy, entre todos los hombres el más abundantemente bendito.
Volver a la página principal de Web Católico de Javier
Subscríbase gratis a la lista de correo de Web Católico de Javier para recibir las novedades semanalmente.